Turismo Rural

La lista oficial de los pueblos más bonitos de España cuenta con 11 nuevos municipios premiados. Localidades que por su belleza, limpieza, entorno natural y calidad cultural merecen ser descubiertos. Recorremos en nuestro Ford pueblos tan escondidos como hermosos como Tazones, Carmona, Bagergue, Bonilla de la Sierra…

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Estas pequeñas localidades se suman a una lista que suma ya 79 municipios que encontramos a lo largo y ancho de nuestro país en Los pueblos más bonitos de España. Los requisitos son claros: tener menos de 15.000 habitantes y disponer de un patrimonio arquitectónico o natural certificado. Puede que la belleza sea subjetiva, pero damos fe de que los municipios elegidos van sobrados de fotogenia. Coge tu Ford y prepara tu cámara; estás a punto de ser testigo de algunas de las ocultas y remotas maravillas de España.

San Martín de Trevejo (Cáceres)
Enclavado entre la Sierra de Gata y la frontera portuguesa, este pueblo de unos 800 habitantes ha estado aislado durante muchos años, conservando así un estilo propio en su arquitectura y un dialecto (A Fala) declarado Bien de Interés Cultural. El pueblecito se encuentra en un valle a los pies del monte Jálama, y si bien no están acostumbrados a recibir demasiadas visitas, sus habitantes reciben con los brazos abiertos a todo aquel que busque descubrir su historia y disfrutar de sus relajantes paisajes. La tranquilidad brilla en San Martín de Trevejo. Además de visitar la iglesia parroquial de San Martín de Tours o la Torre Campanario en la Plaza Mayor, te recomendamos que recorras a pie alguna de las numerosas rutas recomendadas en sus inmediaciones, accesibles para todo tipo de viajeros, para después premiarte con una de sus calderetas típicas extremeñas y, cómo no, un buen plato de jamón.

Setenil de las Bodegas (Cádiz)
La siguiente parada en esta ruta colmada de belleza es un singular municipio que forma parte de la ruta de los pueblos blancos, si bien se diferencia del resto por su entramado urbano único, declarado Conjunto Histórico. Prepárate para que tus redes sociales echen humo, ya que Setenil de las Bodegas tiene la peculiaridad de estar construida bajo la roca, sobre ésta y directamente en su interior. Ubicado en lo que fue un antiguo poblado almohade, este municipio conserva patrimonio medieval, como el Castillo de Setenil. Y tiene también otros muchos puntos de interés para el visitante, como la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación o la antigua Casa Consistorial. Te recomendamos subir hasta lo alto de la Torre del Homenaje, desde donde obtendrás unas vistas impresionantes, y coronar la visita con unas tapas en sus míticas calles de Las Cuevas de la Sombra y Las Cuevas del Sol. Te aseguramos que el viaje habrá merecido la pena.

Níjar (Almería)
No podemos seguir hablando de los pueblos más bonitos de España sin acercarnos a la costa almeriense. Y es que el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar (el primer espacio protegido andaluz) acumula algunos de los pueblecitos costeros más encantadores de la geografía española. Níjar enamora a primera vista. Su estructura laberíntica y su iglesia mudéjar nos recuerdan el origen árabe del municipio, colmado además de características casitas blancas que le aportan un aire agradablemente veraniego. Este pueblo se encuentra rodeado de espectaculares montañas de nacimiento volcánico, playas y salinas envueltas de altas dunas y una milla de mar protegida cuyo fondo serán un regalo para todos los enamorados del submarinismo. Te recomendamos coger tu Ford y recorrer, además, sus alrededores: las Minas de Rodalquilar, el Pozo de los Frailes, las playas de Mónsul y Genoveses o Las Negras.

Bagergue (Lérida)
El invierno se inventó, probablemente, para poder visitar el Valle de Arán, aunque cualquier estación es buena para visitar este pueblo de Cataluña. Y es que Bagergue entra en este listado como primer pueblo catalán dentro de los reconocidos Pueblos más Bonitos de España. Este bello municipio de apenas 107 habitantes se encuentra en lo alto del Valle del Alto Arán, situado a 1490 metros de altitud y muy cerca de las famosas pistas de esquí Baqueira-Beret.
No hace falta que te guste esquiar para disfrutar de sus casitas empedradas, visitar el museo Eth Corrau, que alberga más de dos mil piezas que muestran la vida cotidiana y la artesanía rústica aranesa, o pararse a charlar con sus vecinos para que te cuenten un poco más sobre sus tradiciones. Otros de los puntos de interés del pueblo son la iglesia parroquial de Sant Feliú, construida en el siglo XIII, y la ermita de Santa Margarida de Bagergue, situada en plena naturaleza. Una vez allí, no te puedes perder su olla, un puchero contundente perfecto para calentar hasta las frías temperaturas.

Roda de Isábena (Huesca)
Este encantador pueblo medieval con menos de 60 habitantes se vanagloria de ser el pueblo más pequeño de España con sede catedralicia. En este caso, se trata de la catedral de San Vicente Mártir, su atractivo turístico más conocido. En su claustro, recoleto y sencillo, encontrarás el marco perfecto para un paseo apacible. Pero no es éste el único punto de interés de la población ribagorzana. Sus rondas amuralladas y los pasadizos y rincones ocultos de su estructura urbana atestiguan una historia fascinante. El museo de La Era de Vicén constituye uno de los espacios expositivos más singulares de Aragón, pues cuenta con una de las más completas colecciones de maquetas navales y aeronáuticas que se pueden encontrar en España.

Viniegra de Abajo (La Rioja)
Integrante de las denominadas siete villas, Viniegra de Abajo es directamente atravesada por el río Urbión, rodeada de un extenso y variado bosque y situada a casi mil metros de altitud. Esta localidad encuentra en la naturaleza y la agricultura sus principales señas de identidad, por lo que no faltan en ella senderos verdes y campestres que te recomendamos recorrer hasta subir a lo alto del monte Turza, donde serás testigo del espectacular monumento al Sagrado Corazón de Jesús. Otros puntos de interés son la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que data del siglo XVI, y la histórica ermita de la Soledad. ¿Es necesario decir que, para terminar el día y una vez aparcado tu Ford, deberías pedirte una buena copa de vino?

Viniegra de Arriba (La Rioja)
Vecino del anterior, Viniegra de Arriba es el municipio de mayor altitud de las Siete Villas, a 1182 metros de altura, y forma parte del espacio protegido ‘Sierras de la Demanda, Urbión, Cebollera y Cameros’. Este pueblito de piedra cuenta en su casco histórico con bellas construcciones que datan del siglo XVII y que responden a los cánones constructivos típicos de los pueblos serranos. Podrás visitar, como puntos de interés turístico, el Ayuntamiento, la fuente de los tres caños, la zona de corrales, situada en lo alto del pueblo, y la iglesia parroquial de la Asunción. Viniegra de Arriba cuenta con una destacada riqueza forestal que se encontrará en su máximo esplendor durante la primavera. Tus ojos registrarán hayas y robles, ciervos y jabalíes, pero sobre todo, el árbol característico de esta comunidad: el nogal. De ahí el apodo de sus vecinos, los noguerones.

Carmona (Cantabria)
Seguimos coleccionando paisajes, esta vez en Cantabria. Declarado Conjunto Histórico-Artístico, Carmona destaca por su cuidada arquitectura típica de las casonas montañesas y su entorno verde y tranquilo, perfecto para la desconexión y los amantes de la naturaleza. Carmona mantiene intactos los vestigios de su pasado. Si caminamos por sus calles de suelo empedrado y floridos balcones, podremos ver cómo aún perduran oficios tradicionales como la ganadería y la artesanía, con especial maestría en el trabajo de las albarcas. Antes de bajar al pueblo, recomendamos detenerse en el Mirador del Ribero, desde donde obtendremos unas buenas vistas de la villa y sus impactantes alrededores. Visitaremos después el Palacio de los Díaz Cossio y Mier, construcción del siglo XVIII que actualmente funciona como Parador de Turismo. Y para alegrar el estómago, nada mejor que un buen cocido montañés.

Potes (Cantabria)
Hay algo mágico en Potes, que lleva años siendo uno de los pueblos más visitados de Cantabria. Ubicado en el corazón de la comarca de Liébana, se encuentra rodeado de un paisaje espectacular en el que impera la tranquilidad. El secreto de Potes es perderse por su parte vieja, llena de callejuelas y caserones blasonados repletos de historia. Es una villa con mucho encanto cuyos puentes y torres son especialmente famosos, entre los que te recomendamos visitar la Torre del Infantado y la de Orejón de la Lama, ambas construidas en el siglo XV. Si quieres descubrir una joya de su gastronomía, apuesta por un cocido lebaniego, hecho a base de garbanzos, cecina, berza y relleno. Un placer para los sentidos.

Tazones (Asturias)
Esta villa marinera a orillas del mar Cantábrico, comparte ese encanto único de los pueblos de la montaña y también de los pueblos del mar, pues está situado en las inmediaciones de la ría de Villaviciosa y muy cerca de los Picos de Europa. Entre olor a sidra, marisco y pescado, encontraremos sus antiguas casitas de pescadores llenas de colorido, rincones tan singulares como el de la casa de las conchas y un ambiente animado y vivaz. Se dice que fue lo primero que el emperador Carlos V visitó en su primer viaje a la España. No sabemos lo que comió, pero sí que tú deberías ir haciendo hueco en tu estómago para una impresionante parrilla de mariscos.

Bonilla de la Sierra (Ávila)
Esta pequeña joya situada en la provincia de Ávila presume de patrimonio histórico-artístico y naturaleza a partes iguales. Podrás pasear por su calles empedradas y descubrir tesoros como la Puerta de Piedrahíta, resto de la muralla que protegía a la localidad en el pasado, la preciosa plaza porticada o la iglesia-colegiata de San Martín de Tours. Bonilla de la Sierra es un destino ideal para visitar en familia. Ubicada en el corazón del Valle del Corneja, entre las sierras de Villanueva y El Mirón por el norte, y Villafranca y Santiago por el sur, disfrutarás de unas imponentes vistas de la sierra desde cualquier rincón de la localidad abulense. Asegúrate de no marchar antes del atardecer. Cuando las cigüeñas regresen a sus nidos de la colegiata y el cielo se vuelva rosado, habrás puesto un broche de oro a esta maravillosa ruta de pueblos bonitos.

 

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