Con nuestra lista cogerás antes la cámara que el tenedor, para dar envidia. Toma nota de estos lugares que harán que tu móvil eche chispas.
Está claro que las sillas no se comen, pero muchas veces elegimos restaurantes por su pinta. Te proponemos que subas a tu Ford para desplazarte a establecimientos que destacan por su decoración. Porque es cierto que es tendencia: el interiorismo se ha convertido en motivo clave para elegir mesa, y más ahora que lo primero que hacemos es ‘posturear’ en redes sociales.
Buscamos que nos sorprendan, algo diferente, que el lugar nos haga sentir especiales o nos permita conservar un recuerdo distinto. Mobiliario, iluminación, ornamentos, gamas cromáticas, texturas… Todos esos esos elementos decorativos y cualquier sensación que influya en la experiencia están en alza. Con nuestra lista cogerás antes la cámara que el tenedor, para dar envidia.
Amazónico, Madrid
Pero, ¿esto qué es? Un edén, un jardín, un derroche de vida, naturaleza y exotismo, en pleno corazón de Madrid. No falta detalle, desde paredes hasta mobiliario, pasando por la vajilla o la mantelería. Todo aquí evoca a ese lujo colonial de otros tiempos, con un toque muy actual. Por si fuera poco el interiorismo, firma del decorador Lázaro Rosa-Violán, una banda de jazz amenizará tus oídos (y tus stories de Instagram, seguramente…). ¿Y para comer? El picoteo fusión es tu destino aquí: Argentina, Brasil, Japón, la Amazonia… A través de su cocina vista podrás comprobar cómo se hacen el tandoori o los espetos y picañas al fuego. Este oasis de sabores también ofrece platos ligeros, opciones vegetarianas, y una selección de cócteles clásicos y de la casa pero que muy interesantes.
Hotel Stroganov, Oliveira do Hospital
Érase una vez una casita rococó prácticamente en medio de la nada en el corazón del Portugal profundo. Es el hotel Stroganov, un edificio solitario que data de 1898 que han convertido en un recoleto lugar de 5 estrellas al que no le falta de nada. Sin ir más lejos, en su restaurante Chaminé Russa os sentiréis como la mismísima María Antonieta y su corte. Oros, frescos en las paredes, molduras, lámparas, mantelerías, vajillas. La idiosincrasia de este lugar puesto en marcha por la decoradora moscovita Marina Kartashova no tiene desperdicio. Todo aquí tiene ornamentación y te transporta a tiempos pasados: el jardín con rosales y arbustos, el portón de la entrada, los muebles de la recepción… La comida portuguesa impera en su propuesta gastronómica: sopas, bacalao o caza protagonizarán los bocados. Y atención que el lugar tiene Spa con piscina termal en un entorno de nobleza decimonónica. En instagram simplemente fliparán.
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Ewan Salinas, Salinas
Siguiente parada: vayámonos de brunch, que eso posturea bastante. Primera línea de playa siempre es un must para esto de tener contenta a la vista. Pero aquí no es lo más importante. Las cristaleras al mar impresionan, pero la sensación acogedora una vez en el interior es clave. Aquí el mobiliario es sencillo, mesas altas y bajas, madera, sillas de tendencia pero resultonas. Lo que verdaderamente sobresale es el estilismo de la comida, y en el brunch que sirven bajo reserva todos los domingos y festivos (en verano todos los días) lo bordan: bandejas, fruteros, vajillas y bocados ideales conviven en la mesa con una armonía que da pena empezar a comer y deshacer el bodegón perfecto. Ellos dicen que son la mejor terraza del norte, pero cuando lo pruebes verás que es el brunch más instagrameable del mundo.
Espai Joliu, Barcelona
Vámonos a Barcelona. Poble Nou es la antigua zona industrial más prometedora del mundo. Todos estos almacenes y naves están dando lugar a espacios creativos extremadamente interesantes, y con decoraciones variopintas. Aún así el estilo natural y cálido tipo nórdico destaca. En Espai Joliu respirarás creatividad, respeto por la tradición, vintage, y ambiente ecofriendly. Las mesitas de la abuela se mezclan con sillas de colegio, azulejo hidráulico, mobiliario rústico, y plantas, muchas plantas. En realidad se definen como ‘plant concept store’, pero su propuesta de barra bien merece una visita con atención. Aquí puedes desayunar durante todo el día un riquísimo specialty coffee, fruta fresquísima y auténtica boulangerie casera de esa que te transporta al paraíso de los pasteles y de la mantequilla. Todo en Espai Joliu es precioso, diferente, acogedor y cualquier rincón te impulsará a fotografiar y compartir.
The Insólito, Lisboa
Una de las tendencias indiscutibles en los últimos años han sido las mesas comunales, espacios compartidos que permiten la independencia entre grupos de comensales, pero que a la vez dotan de un dinamismo especial a los espacios. Este es uno de ellos, y con unas vistas impresionantes además. Con opciones para todos los gustos, ya que también hay mesas bajas, o pequeñas repisas con banquetas mirando directamente a las colinas lisboetas, es un lugar con decoración variada, divertida e informal, que logra con su mezcla de elementos hacer honor a su nombre y erigirse como un sitio insólito. Un ambiente bohemio en el que disfrutar de los más icónicos ingredientes portugueses, pero cocinados con un toque de vanguardia. Para beber, la mixología y su puesta en escena (atentos para hacer la foto) son clave.
Ambivium, Peñafiel
En ruta por el corazón de la Ribera del Duero nos encontramos con Ambivium, el restaurante de la prestigiosa bodega Pago de Carraovejas. Un auténtico cruce de caminos entre un gran vino y la gastronomía, con unas impresionantes vistas a los viñedos y un diseño de líneas depuradas en el que se funden tradición y modernidad, firmado por el estudio Doos Interiorismo. La barra de coctelería, la sala, las zonas de relax… todo aquí es armonía a través de piezas de diseño nórdico e italiano. Y también sorpresa: a través de su cocina vista se tiene acceso a una nueva interpretación de las tradicionales parrillas de la zona, y la impresionante cava diseñada ad hoc nos recuerda dónde estamos y lo sublime que es el vino con el que vamos a tener la suerte de maridar el momento. Una cocina basada en los icónicos sabores de la tierra, con la materia prima como protagonista, y las justas dosis de vanguardia e innovación.
Landa, Burgos
Toda una institución y parada obligada en la A1. Hay quien tiene como tradición repostar aquí de toda la vida y pegarse un homenaje de huevos fritos (con puntilla) y morcilla, lo cual es un auténtico planazo. Pero también hay cada vez más adeptos que se están sumando a esa tradición para disfrutar, aunque solo sea por un ratito, de la exquisita decoración del lugar. Es cierto que un torreón medieval como el del Landa en plena carretera da para mucho. Pero lo que verdaderamente deja sin aliento aquí es la majestuosidad. Un mimo por el detalle y un derroche gótico que se percibe en todos los rincones: jardines, cortinas, texturas… Una mezcla de diseños y estilos que tienen mucho que ver con la historia del lugar, nada menos que 60 años de dedicación, minuciosidad, pero también de estilo propio. Ojo a la piscina enmarcada en una bóveda medieval: no te puedes ir sin esa foto.
Macondo, León
Dicen que el Macondo está poniendo a León en el mapa instagrammer, y entendemos perfectamente que así sea. Un mundo mágico inspirado en el pueblo de ‘Cien años de soledad’, de García Márquez, donde los papeles de pared con personalidad conviven a la perfección con grecas en pintura de colores planos, y con mobiliario vintage de líneas depuradas. Mármol verde, espejos, cuadros, tapicerías artesanales… Todo es posible en este gastrobar repleto de rincones memorables. Cada elemento está especialmente cuidado aquí, incluida la iluminación y las lámparas retro, o el luminoso exterior de fuerte tendencia minimal. De cara al paladar esta visita también ofrece una buena miscelánea, simultaneando influencias asiáticas con las raíces de la tierra leonesa. Visita obligada.