Hemos seleccionado los 5 lugares idóneos para la práctica del SUVmarinismo: la mezcla perfecta que surge al unir nuestra pasión por el mar y por los SUV de Ford. Vehículos tan preparados como el Nuevo Kuga o el sorprendente EcoSport 4×4, que nos ayudarán a llevar todo el equipo a diferentes puntos de la Península Ibérica en busca de pecios y barcos hundidos.
Disfrutar del submarinismo con el vehículo más adecuado como acompañante: los SUV de Ford. Con esta premisa hemos preparado este completo listado de ubicaciones para conducir al fondo del mar, en busca de barcos y pecios sumergidos. El motivo es que el buceo y estos coches se complementan perfectamente: Edge, Kuga o EcoSport son vehículos idóneos para escaparse a cualquiera de los estupendos lugares que nos ofrece la Península Ibérica para la práctica de la inmersión. Ya seas experto o principiante, toma buena nota de nuestros destinos.
Empecemos por el principio: para hacer inmersiones hacen falta algunas cosas básicas. Es cierto que las primeras veces que lo practicas probablemente optarás por alquilar el equipo, pero a medida que la afición vaya creciendo acabarás con tus propios y voluminosos materiales. Cabe indicar para los neófitos también que es imprescindible, por supuesto, tener en cuenta las licencias de buceo: cada zona requiere unas determinadas, y es necesario cumplir con la normativa. No obstante, en la mayor parte de lugares aptos para el buceo numerosas academias o escuelas imparten cursos, así que, nos ponemos en ruta hacia los 5 mejores lugares de España y Portugal para bucear entre barcos sumergidos.
L’Estartit, paraíso subacuático
Proseguimos nuestra ruta en nuestro SUV hasta quedarnos a menos de 100 kilómetros de Francia, por la costa, en L’Estartit, Girona. Esta zona de la Costa Brava es célebre por sus buenas condiciones para el buceo, la abundancia de fauna y flora, y la amplia oferta para el turismo subacuático, con todo tipo de facilidades en las múltiples empresas dedicadas a ello. En las Islas Medas, a menos de una milla de la costa, hay, además, una serie de pecios de interés para los aficionados. El Reggio Messina fue un ferry que transportaba trenes en Italia. Está a unos 30 metros de profundidad, tiene más de 100 metros de eslora y en realidad no zozobró aquí: antes descansó semi-hundido en el puerto de Barcelona, hasta que en la década de los 90 fue trasladado a l’Estartit, donde se hundió hasta nuestros días. Impresiona la envergadura de sus estancias, el halo de misterio que proporcionan sus estructuras, y las langostas, besugos, jureles y sargos con los que se encuentra el buceador que se acerque.
Allí mismo también está el Avvenire, en los años 70 un carguero que transportaba mármol que chocó contra la costa del Montgrí. Sus imponentes 50 metros de eslora se encuentran en perfecto estado de conservación. Todo un espectáculo a solo 2 millas de la costa. Túneles, cuevas y paredes complementan las posibilidades de buceo de este lugar, en el que tampoco hay que dejar pasar la posibilidad de hacer snorkel, si se puede. Más información.
Portimao, parque temático bajo el agua
Puede que el Algarve te suene a playas doradas, vistosísimos acantilados escarpados y tranquilidad. Pero esta parte de la costa portuguesa también es sinónimo de buceo prácticamente todo el año. Aquí hay sol, pocas corrientes, temperatura del agua de entre 16 y 24 grados y mucha vida submarina para ver. Y profundidades para todos los gustos y niveles: desde 10 metros para los menos experimentados, hasta los 60 metros para aficionados avanzados.
Son célebres los navíos del siglo XVIII y de las dos Guerras Mundiales que se pueden observar aquí, rodeados de exuberantes arrecifes y paredes naturales. Además, dada la idoneidad de la zona y su clima para la práctica del buceo, en 2012 abrió el Parque Subacuático Ocean Revival, una especie de ‘parque temático’ del buceo para el que se realizó el hundimiento controlado de 4 barcos de la Armada Portuguesa. Ya sea buceando por el patrimonio submarino histórico o por esta nueva iniciativa, nos codearemos con besugos, salmonetes, pulpos, caballitos de mar, morenas, sepias, doradas o lubinas, sobre unos fondos repletos de anémonas, babosas de mar, esponjas o corales. Más información.
Cabo de Palos: los barcos hundidos más míticos de la península
Si hay que poner rumbo con nuestro Ford SUV a algún sitio en primer lugar, ese es el Cabo de Palos, uno de los más importantes cementerios de barcos del Mar Mediterráneo, a una profundidad de entre 30 y 70 metros. Tendremos la sensación de bucear por la historia literalmente. En concreto, por la del Siglo XX. Este punto ubicado en la región de Murcia cuenta en sus fondos marinos con decenas de barcos hundidos durante la primera y segunda guerras mundiales, se cree que naufragados a causa de los submarinos alemanes desplegados por la zona. Se trataba de un lugar estratégicamente ubicado, un paso para barcos aliados encargados de mantener a los soldados surtidos de alimentos y de armas. Alemania, para impedir este tráfico, desplegó barcos y submarinos con el objetivo de bloquear el recorrido o, directamente, de hundir los barcos. Algunos otros, dedicados a las rutas con pasajeros desde Italia hacia las Américas, se hundían simplemente por accidente al colisionar los bajos con la escasa profundidad del fondo. E incluso hay barcos sumergidos de manera controlada con objeto de crear arrecifes.
Es muy famoso el pecio Naranjito (también se le conoce como Nadir, Magurio, o Isla Gomera, sus nombres anteriores), que se hundió cargado de naranjas. Al parecer su accidente fue ocasionado por un movimiento de mar inesperado que hizo a la carga moverse dentro de sus bodegas, lo que llevó a una colisión y darse la vuelta al barco, hundiéndose inmediatamente después. Para verlo hay que descender 26 metros para alcanzar su cubierta y desplazarse por sus más de 50 metros de eslora repletos de diversión, belleza, y mucha fauna: sargos, morenas, congrios, meros, y algunas langostas. Otros nombres que te pondrán los dientes largos allí son Stanfield, Thordisa (Carbonero)… y tantos otros. Más información.
Cabo Espichel, ideal para buceadores avanzados
Si tenemos que escoger algún punto en los más de 1200 kilómetros de costa atlántica que tiene el Portugal peninsular, la zona de Sesimbra es una de las elegidas. Este punto del Alentejo, a escasos 50 kilómetros de Lisboa por carretera atrae a los amantes de los hallazgos submarinos, debido al carguero nigeriano de 170 metros de eslora naufragado allí. El carguero del Río Gurara se hundió a una milla de Cabo Espichel en 1989. Fue por causas meteorológicas y se sabe que en el accidente perecieron casi 50 marineros. El barco se rompió en dos secciones durante el hundimiento y los contenedores de carga se pudieron ver a lo largo de la costa.
Se trata de una amplia extensión para la inmersión recomendada solamente para los buzos más experimentados en naufragios. De hecho es conveniente comprobar la licencia requerida si se planea ir a la zona. Más información.
Villajoyosa: pasaporte submarino al siglo I d.c.
Nos desplazamos unos 200 kilómetros al norte por la costa para llegar a Villajoyosa, Alicante. Un trayecto en nuestro Ford SUV que se convierte en un auténtico viaje en el tiempo y que nos desplaza un buen puñado de siglos atrás. En esta zona se encuentra el pecio romano de Bou Ferrer, que data del siglo I d.c., y que fue encontrado de manera casual por los buceadores deportivos José Bou y Antoine Ferrer: echando un ojo a la zona disfrutando de su afición de encontrar barcos abandonados, les pareció ver una vasija. En realidad era un ánfora romana perfectamente conservada. No estaba sola, había cientos y de hecho después se contabilizaron miles de ellas. Llevaban dentro cada una 40 kilos de salsa de pescado, preparada concretamente con jurel, boquerón y caballa. Estaban en el mayor barco romano encontrado en el Mediterráneo: una nave de 30 metros de eslora que hace las delicias de todo aficionado al buceo.
Se trata del primer pecio declarado Bien de Interés Cultural en la Comunidad Valenciana, y uno de los primeros incluidos por la UNESCO en su Registro Mundial de Buenas Prácticas en patrimonio subacuático. Por su óptimo estado de conservación se sabe que fue construido en la zona de Nápoles, y que se hundió haciendo el trayecto de Cádiz a Narbona o a Roma. Además de las ánforas se encontraron una docena de lingotes de plomo procedentes de de sierra Morena marcados con un sello que reza Emperador Germánico Augusto. Según han reconstruido los arqueólogos, seguramente el barco estaba destinado a suministrar las obras del palacio imperial del emperador Nerón. Más información.
A la vuelta de viajes tan evocadores como estos, o en busca de la inspiración, siempre puede uno sumergirse en la historia del enigmático HMS Sussex, el mayor tesoro jamás imaginado, que se encuentra en aguas del Estrecho de Gibraltar y al parecer nunca ha podido ser buceado… Ya puedes planear el siguiente viaje, con tu espíritu submarinista y al volante de tu Ford SUV.